Capitulo 1  

Posted by: La Premonición in


La joven que reposaba tranquilamente sobre una amplia cama adoselada, abrió los ojos perezosamente; alguien había corrido los doseles y el sol empezó a darle de lleno en la cara.

—Buenos días, señorita Smith— saludó la mujer mientras corría las cortinas.

—Buenos días, Margaret. ¿Podría decirme que hora es, por favor?

—Son las ocho de la mañana, señorita.

La joven refunfuñó a la vez que se cubría completamente con la sabana.

— ¿Por qué me despertó tan temprano?

—No puede ser que se le haya olvidado que hoy tenía un compromiso a las nueve de la mañana— Le reprochó.

— ¿Un compromiso?—preguntó al tiempo que se sentaba en la cama— No recuerdo haber acordado ninguna cita para el día de hoy.

—Usted siempre tan olvidadiza— respondió la mujer mientras rebuscaba en el closet de la joven— Hoy había acordado ir a desayunar a la casa del joven Debrand.

La joven profirió un grito y se puso de pie rápidamente.

— ¿Cómo pude haber olvidado algo tan importante? ¿Cómo?
se quejó mientras daba vueltas por toda la habitación.

—Cálmese y entre a bañarse. Yo me encargaré de buscarle la ropa adecuada.

— Confío en su buen gusto, Margaret— respondió la joven antes de entrar al baño

***

Josh Henderson caminaba de un lado al otro de aquel gran salón con una notable expresión de preocupación y rabia en el rostro. Su madre lo observaba desde el sofá sin entender muy bien el por qué de su preocupación. Se suponía que el debía estar feliz por lo que el menor de los Henderson estaba haciendo, pero el demostraba que lo que sentía era todo lo contrario.

— Podrías calmarte, me estás poniendo nerviosa.

—Lo siento, madre, pero no puedo calmarme. Vaya usted a saber que es lo que el imprudente de mi hermano le está diciendo a nuestro padre.

—Nada malo, de eso puedes estar seguro— respondió ella, tranquila.

— ¿Cómo puede estar tan segura?—preguntó el joven deteniendo su caminata— ¿Acaso usted sabe algo?

— No, no se nada; pero conociendo a tu hermano como lo conozco, se que no es nada malo.

— Yo no estaría tan seguro si fuese usted— sugirió al tiempo que se sentaba a su lado— Lucas ha estado actuando muy raro últimamente.

—Deja de pensar en tonterías, Josh. Tu hermano no está haciendo nada malo ni nada que perjudique a la familia.

—Hasta que no sepa que es lo que trama, no estaré tranquilo.

— ¿Por qué tanta insistencia en saber qué es lo que hago?—escuchó preguntar desde la puerta. Inmediatamente dirigió su mirada hacia ese lugar y vio a su hermano mirándolo con curiosidad.

— Porque me preocupo por ti, hermano— respondió como si fuese algo obvio.

—Puedes estar tranquilo, Josh. No haré nada malo; te lo prometo— aseguró mientras se daba la vuelta y se dirigía a su habitación.

Josh no se quedó tranquilo con esa respuesta así que se puso de pie y se dispuso a seguir a su hermano. Jackeline no hizo el más mínimo intento para detenerlo; sabia de antemano que Josh no se quedaría con la duda y que haría todo lo posible por averiguar que era lo que Lucas tramaba. Pero Lucas no era un hueso fácil de roer así que el pequeño secreto que ambos tenían, quedaría guardado hasta que Lucas quisiese revelarlo.

***

Jessica se bajó del auto y después de alisarse la larga falda de su vestido, se encaminó hacia la entrada de esa gran casa. Al llegar, fue recibida por una empleada que inmediatamente la guió hacia el salón; allí se suponía que la estaban esperando todos.

— Querida Jessica, que bueno que viniste— dijo la anfitriona cuando la vio entrar al salón— No sabes lo feliz que estoy de que hayas aceptado venir a desayunar con nosotros.

— El pacer es mío, señora Debrand— aseguró la joven mientras se sentaba en el lugar que Jocelyn le indicaba— ¿Dónde están Brian y su esposo?

— Deben estar terminando de arreglarse. Eso, en parte, me conviene un poco.

— ¿Por qué lo dice?—preguntó con curiosidad, mientras se acomodaba en su asiento, dispuesta a escuchar lo que la mujer tenia que decirle.

—Porque necesito hablar contigo de algo muy importante, y con Brian o mi esposo rondando por aquí, no podré hacerlo— respondió con voz apagada.

La mujer dejó de mirar a Jessica y se concentró en inspeccionar la sala como si fuese la primera vez que estuviese allí. A Jessica le extrañó su actitud ya que Jocelyn Debrand no era una de mujer de cohibirse a la hora de hablar. Ella solía decir las cosas muchas veces sin pensar en las consecuencias; al parecer esta vez ella quería decirle algo mucho mas delicado.

— ¿Qué es eso tan importante que tiene que decirme?

—Jessica, prométeme que no le dirás esto a Brian. Si el se entera que te lo dije…

—No se preocupe, señora Debrand. Yo no diré nada.

Jocelyn se irguió en su asiento y le dirigió a Jessica una mirada seria, calculadora. La joven solo se limitó a mirarla con curiosidad. Toda esa situación la estaba poniendo nerviosa.

—Brian está pensando en proponerte matrimonio…

Jessica no escuchó ni una sola palabra más. Fue como si sus oídos se hubiesen negado a seguir captando las demás palabras que la mujer pronunció. ¿Brian… proponiéndole matrimonio? Un temblor recorrió su cuerpo y sus manos empezaron a sudar con solo recordar esas palabras.

— ¿Es…está segura de eso?—preguntó temiendo la respuesta que recibiría.

Si Brian le proponía matrimonio tenia dos opciones y ninguna de las dos le convenía. La primera era aceptar, lo que acarrearía un futuro encuentro con sus padres y, tal vez, con los Henderson. La segunda opción era rechazar la oferta, pero no tenia suficientes fundamentos para hacerlo. No podía decir que era porque no lo amaba ya que en esa época las bodas no se efectuaban solo por amor; la mayoría de las veces lo hacían por un interés en común: el dinero. Tampoco podía decir que era porque ya estaba comprometida porque no había tal prometido. Definitivamente estaba en un gran problema.

—Si, estoy segura— respondió Jocelyn sacándola de su estupor— Él mismo me lo dijo hace unos días. No sabes lo ilusionado que estaba…

—Yo… no se que decir. Todo esto es demasiado para mi.

—No tienes que decirme nada a mí, sino a mi hijo. Lo único que te pido, querida Jessica, es que lo pienses un poco antes de darle una respuesta. No me gustaría que Brian terminara sufriendo solo porque tomaste una decisión precipitada.

¿Decisión precipitada? ¿Con que derecho le decía eso cuando era su hijo el que la estaba guiando a una encrucijada de la cual no saldría bien librada?

—Se lo prometo, señora— le dijo, haciendo un esfuerzo enorme por no decirle lo que en verdad estaba pensando.

—Gracias—respondió la mujer brindándole una sonrisa a la joven— ¿Por que no esperamos a ese par de tontos en el comedor?

Después del desayuno y de una agradable conversación con los anfitriones, Jessica se dirigió a su casa sintiendo un nuevo peso en su espalda. ¿Cómo podía ser posible que un simple desayuno sirviera para arruinarle el día? Aunque Brian no había insinuado nada sobre dicha propuesta ella sabia que el momento llegaría tarde o temprano; quizás mas temprano que tarde.

Al llegar a la casa, una de las empleadas la recibió con una retahíla de la cual no captó ni una sola palabra. Se dirigió al salón y se sentó con pesadez en uno de los sillones. A los pocos minutos llegó Margaret, su dama de compañía.

— ¿Cómo le fue?

—Bien— respondió secamente.

— ¿Podría explicarme entonces por qué tiene esa cara?

—No quiero hablar de eso ahora, Margaret. Mejor dígame si hay alguna novedad.

— Si, tome— dijo la mujer entregándole un pequeño sobre a la joven.

Con solo ver el remitente, Jessica supo que el contenido de la carta no iba a ser nada bueno. Miró a Margaret y esta hizo un gesto negativo con la cabeza. Volvió a dirigirle una mirada a la carta y con serias dudas sobre si lo que estaba por hacer era lo correcto, la abrió.

Su rostro empezó a contorsionarse a medida que iba leyendo y sus manos apretaban el papel para que este no es escapara de sus temblorosos dedos. Cada tanto miraba a Margaret la cual tenía una expresión seria en el rostro; ella debía conocer el contenido de la carta.

Al finalizar tan larga y angustiante misiva, se puso de pie y salió del salón rumbo a cualquier lado. Las empleadas no volvieron a verla hasta entradas horas de la noche.

This entry was posted on miércoles, noviembre 12, 2008 and is filed under . You can leave a response and follow any responses to this entry through the Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom) .

2 Manzanitas

¿Qué ponía en la carta? ¡Continuala!, q lo dejaste en lo mejor :D
A lo mejor te interesa participar en mi concurso literario, en mi blog esta explicado

Hola Luxuria. Gracias por pasar y dejar un comentario.

Sobre tu concurso literario, tendria que ver. En el livejournal estoy en miles de actividades y si me anoto en una mas te juro que reviento. Pero gracias por la invitacion, de todos modos.

Si te gustaria, podrias pasar por mi LJ y leer los capitulos de la historia alli ya que esta mas avanzada (va por el 10).

Es solo una recomendacion XP

Besos, y gracias otra vez por pasar.

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